Las centrales solares son instalaciones destinadas a
aprovechar la radiación del Sol para generar energía
eléctrica. Existen 2 tipos de
instalaciones con las que se puede aprovechar la energía del Sol para
producir electricidad:
-
En la
central termosolar se consigue la generación eléctrica a
partir del calentamiento
de un fluido con el cual, mediante un
ciclo
termodinámico
convencional, se consigue mover un alternador gracias al vapor
generado de
él.
-
En la
instalación fotovoltaica la obtención de energía
eléctrica se produce a través de
paneles fotovoltaicos que captan la energía luminosa del Sol para
transformarla en energía
eléctrica. Para conseguir la transformación se emplean células
fotovoltaicas fabricadas con
materiales semiconductores.
Centrales termosolares
Una central termosolar es una instalación que permite el
aprovechamiento de la energía del Sol
para producir electricidad utilizando un ciclo térmico parecido al de
las
centrales
térmicas
convencionales. Hay diferentes esquemas de centrales termosolares,
aunque las más
importantes son:
-
Centrales de torre central. Disponen de un conjunto de
espejos direccionales de
grandes dimensiones que concentran la radiación solar en un punto. El
calor es transferido a un
fluido que circula por el interior de la caldera y lo transforma en
vapor, empezando así un ciclo
convencional de agua-vapor.
-
Centrales de colectores distribuidos. Utilizan los
llamados colectores de
concentración, que concentran la radiación solar que reciben en la
superficie, lo cual permite
obtener, con buenos rendimientos, temperaturas de hasta 300ºC,
suficientes para producir vapor a
alta temperatura, que se usa para generar electricidad o también para
otros procesos
industriales.
Energía solar térmica
El aprovechamiento de la energía solar térmica consiste en
usar la radiación del Sol para calentar un fluido que,
en función de su
temperatura, se utiliza para producir agua caliente, vapor o energía
eléctrica.
Los sistemas para aprovechar la energía solar por la vía térmica se
pueden dividir en tres
grupos:
-
Sistemas a baja temperatura. El calentamiento del agua
se produce
por debajo de su punto de ebullición, es decir, 100ºC.
La mayor parte de los
equipos basados en esta tecnología se aplican en la producción de agua
caliente sanitaria y en
climatización.
-
Sistemas a media temperatura. Se utilizan en esas
aplicaciones que necesitan
temperaturas entre 100 y 300ºC para calefacción,
proporcionando
calor
en procesos industriales, suministro de vapor, etc.
-
Sistemas a alta temperatura. Se utilizan en
aplicaciones que necesitan
temperaturas superiores a 250 o 300ºC como, por
ejemplo, para producir vapor o
para la
generación de energía eléctrica en centrales termosolares.
Impacto sobre el medio ambiente de las centrales solares
Desde el punto de vista medio ambiental, la producción de electricidad a partir de este tipo de sistemas tiene grandes ventajas:
-
No genera ningún tipo de
emisiones
atmosféricas.
-
No produce fluentes líquidos.
-
Evita el uso de combustibles fósiles.
A pesar de esto, las grandes centrales termosolares pueden generar un
gran impacto sobre el
paisaje y necesitan grandes superficies para colocar los espejos
direccionales.
Cabe mencionar también que una vez han terminado su vida útil,
las placas fotovoltaicas dejan residuos que deben ser
tratados
específicamente.
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